Si tú quieres

Los milagros de sanidad que Jesús llevaba a cabo siempre dejaban grandes lecciones a su paso.
Mientras una persona tenía un encuentro personal con Jesús y recibía sanidad, los demás quedaban impactados con su ejemplo y enseñanza.
Abre tu corazón y escucha qué quiere hablarte Dios hoy.

Lectura Bíblica

Marcos 1:40-42 (NTV)
Un hombre con lepra se acercó, se arrodilló ante Jesús y le suplicó que lo sanara.
—Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio— dijo.
Movido a compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó.
—Sí quiero—dijo—. ¡Queda sano!
Al instante, la lepra desapareció y el hombre quedó sano.

Reflexionemos

En este pasaje, un hombre que tenía una lepra muy avanzada había oído de Jesús y creía que Él podría sanarlo. Así que fue tras Jesús hasta que se produjo el tan esperado encuentro.
Al verse de pie frente a su única esperanza, se arrodilló y suplicó: “Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio”.
Jesús siempre sintió compasión por los demás, pero este hombre dijo algo clave en su petición: “si tú quieres”. A pesar de su anhelo por ser sanado, no buscó lo suyo; sino que apeló a la voluntad de Jesús.

Jesús, amoroso y lleno de misericordia, le respondió: ¡Sí quiero!
Escuchar esa frase debió ser la muestra de amor más impactante que había recibido ese hombre en toda su vida.

Cuando hay un corazón que se dispone a lo que el Rey quiere hacer, ¡grandes cosas pasan!
¡Un milagro sucedió! Este hombre fue sanado.

De la misma manera, alguien ahí afuera, cerca de ti también necesita saber que Jesús lo ama y quiere ayudarlo. ¡Tú eres la mejor persona para demostrárselo!
Pídele a Dios que llene tu corazón de compasión, disposición y fe por quienes no lo conocen, para que puedas llevar las buenas nuevas con valentía.

Jesús quiere hacer obras impresionantes a través de ti y en colaboración contigo.
Eres un hijo de Dios y tienes autoridad en el Nombre de Jesús. Él mismo te la ha concedido. Puedes hablar con autoridad e interceder ante Dios por los demás.
Cuando sepas de la necesidad de alguien junto a ti, ora por esa persona en ese mismo momento y cree con todo tu corazón que Jesús está obrando.

Oración: 
Padre Dios, me dispongo para ser un canal de bendición para los que me rodean.
Creo y quier ver que milagros ocurran en sus vidas a través de ti, para tu gloria.
Iré, hablaré de Jesús y oraré por sus necesidades. Estoy seguro que con tu gran amor y misericordia, tú obrarás. Amén.

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