Salió a buscarlos

La paradoja del mundo moderno es que las personas se sienten cada vez más solas en una sociedad hiperconectada.
Como náufragos en un mar de ‘likes’, muchos anhelan conexiones genuinas que le den significado a su vida.
Ellos esperan ser encontrados… y Nuestro amado Señor Jesús ya los está buscando.

Lectura Bíblica

Lucas 15:4-7 (NTV)
Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre? Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa.

Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida”.

De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!

Reflexionemos

Para una oveja es común perderse del rebaño. Lo revelador de este pasaje es, en realidad, el amor y ternura del Pastor a dejar al resto para cruzar un terreno inhóspito en búsqueda de la oveja que se perdió.
¡Cuánto amor y misericordia tiene Jesús para nosotros!
Él es ese Buen Pastor que da la vida por sus ovejas y las personas que te rodean necesitan saber que no tienen que estar solas: Jesús las está buscando.

Esta parábola de la oveja perdida, junto con las parábolas de la moneda perdida y del hijo perdido nos revelan el gran amor de Jesús.
Son conocidas como las parábolas de la gracia y de manera maravillosa se centran no en aquello que se perdió, sino en la diligencia de quien busca y en la alegría de haberlo hallado.

Escucha la voz del Espíritu Santo hablando hoy a tu corazón: revelando el amor de Dios que tiende la mano a los pecadores. Un amor tan grande que acoge a las personas, sale a buscarlas y lucha por ellas, incluso antes de que se arrepientan.

Inspirado por ese amor de Dios, te animamos a que hoy compartas con alguien la historia de la oveja perdida y del buen pastor que sale a su encuentro.
Enséñale a otras personas que nada impide que Jesús los encuentre, y enfatiza que Él no se fija en lo que podemos darle a cambio. Nuestra única respuesta a su amor misericordioso es el arrepentimiento.
Recuérdales que el Buen Pastor nos restaura y da propósito de vida.
Invítalos a formar parte de nuestra Familia de la Fe.

Oración: 
Amado Jesús, gracias porque estaba perdido y me buscaste hasta encontrarme.
Yo sé que tú siempre estás conmigo, por eso que no temo, sino que confío en ti de todo corazón.
Te pido que me ayudes a explicar a otros acerca de ti, el Buen Pastor, para que ellos también puedan tomar tu mano y recibir tu gran amor.
Amén.

Adaptado de Cv Resources

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