Jesús Llama a la Puerta de tus Amigos

Jesús no hace entradas forzosas, pero se hace notar. Él llama sutilmente a la puerta, como quien espera ser invitado.
Si Jesús hubiese caminado por el mundo en nuestros días, probablemente cada persona que aún no lo conoce tendría su solicitud de amistad “pendiente por aprobar” en todas sus redes sociales.

En palabras del reconocido teológo Albert Barnes, “si es admitido, él viene y habita con nosotros; si es rechazado, se da la vuelta en silencio, tal vez para regresar y llamar de nuevo”.

Lectura Bíblica

Apocalipsis 3:20 (NTV)
¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.

Reflexionemos

Estas palabras nos revelan el amor inmenso que Jesús tiene por la humanidad y su deseo de entrar en nuestras vidas.

Imagina por un momento que Jesús, el Hijo de Dios, se encuentra tocando suavemente la puerta de los corazones de nuestros amigos y esperando pacientemente a que le abran.
¿Qué imagen más asombrosa y llena de gracia podría existir? El Creador del universo, el Salvador del mundo, el Amigo fiel, está llamando a la puerta de aquellos que aún no le conocen.

Tú y yo necesitamos entender que tenemos un papel crucial en este llamado. Jesús desea que compartamos con nuestros cercanos acerca de su gran amor. Él espera que seamos
instrumentos para llevar a cabo su obra en la vida de nuestros seres queridos. ¿Cómo? Orando por ellos, compartiendo el mensaje del Evangelio con amor y siendo ejemplos vivos de la presencia de Cristo en nuestras vidas.
Debemos hablarle a Dios de nuestros amigos y además hablarle a nuestros amigos de Jesús. De manera que cuando él llame a su puerta, sus corazones estén preparados para dejarlo entrar.

No importa cuán lejos parezcan estar nuestros amigos de Dios, Jeús está constantemente llamando a la puerta de su corazón.
No importa cuán perdida esté una persona porque Dios es poderoso para hacerlo nacer de nuevo y abrir sus ojos a Jesús. Por lo tanto, compartir el evangelio es nuestro deber y privilegio.

Que la promesa de Jesús llamando a la puerta de nuestros amigos sea un recordatorio constante de que no hay límites para su amor y misericordia.
¡Abramos las puertas de nuestros corazones y seamos agentes de cambio en la vida de quienes nos rodean!

Oración: 
Padre, me dispongo para ser parte del ejército que va por todas partes extendiendo tu Reino.
Entiendo que elSeñor Jesús está llamando a la puerta de los corazones de mis familiares y amigos.
Me comprometo a orar continuamente por ellos, a amarlos de manera fraternal y a compartir con ellos la esperanza que he encontrado en Cristo.

—Adaptado de Cv Resources

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