Prioridades

¿Estás demasiado ocupado en tus propios asuntos? Es común que nuestras agendas apretadas nos lleven a priorizar lo urgente sobre lo importante.
Lo urgente es eso que no puede esperar (familia, trabajo, proyectos). En cambio, lo importante es la razón por la cual Dios nos llamó.

Lectura Bíblica

Lucas 4:38-39 NTV
“38 Después de salir de la sinagoga ese día, Jesús fue a la casa de Simón, donde encontró a la suegra de Simón muy enferma, con mucha fiebre. «Por favor, sánala», le suplicaron todos.
39 De pie junto a su cama, Jesús reprendió a la fiebre y la fiebre se fue de la mujer. Ella se levantó de inmediato y les preparó una comida”.

Mateo 6:33 NTV
“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten”.

Reflexionemos

En esta pasaje, Jesús nos enseña que al priorizar lo importante (nuestro propósito) se hace más fácil cumplir con lo urgente (todos los aspectos de nuestra vida cotidiana).
Este es el escenario: de todos los discípulos, sabemos que Pedro estaba casado. Él tenía una esposa que atender y, aunque había sido llamado a ser un “pescador de hombres”, Jesús no era ajeno a sus necesidades.

A veces tendemos a pensar que Jesús está tan preocupado por los grandes problemas de la humanidad que no tiene tiempo para preocuparse por las cosas que nos afectan o necesitamos resolver. Pero la Biblia nos dice que Jesús también cuida de los suyos.
La relación que Pedro estaba cultivando con Jesús trajo bendición a su familia. En este sentido, Mateo 6:33 nos enseña que Dios nos da, en su tiempo, todo lo que necesitamos cuando lo reconocemos como único Rey y hacemos lo que Él nos pide.

Cuando Jesús te salvó, también te llamó. Él se ocupa de tus asuntos cuando tú te ocupas de los suyos. ¡Ten la certeza de eso!
Amado, a pesar de tus ocupaciones diarias no posterguemos lo que Dios quiere que hagamos: extender su Reino.

Hoy te animamos a abrazar el propósito que Dios te dio: compartir el evangelio desde donde estás (lee 1 Pedro 2:9 y Mateo 28:19-20).
Piensa en esa persona que ha estado últimamente en tu mente o en alguien de tu entorno que necesite a Jesús y empieza a priorizar lo importante sobre lo urgente. Busca un momento oportuno y háblale de Jesús.

Oración: 
Padre, hoy decido confiar en ti y dar prioridad a tu mandato de compartir las buenas nuevas de Jesucristo.
Gracias por la esperanza y paz que me das. Confío plenamente en que tú suples para todas mis necesidades y en que te gozas al verme caminar en obediencia. Amén.

—Adaptado de Cv Resources

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