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En el Secreto

Si hay algo que va de la mano con una sociedad hiperconectada es la necesidad de exposición. Basta con echarle un vistazo a TikTok o a Instagram para comprobar que la gente documenta desde sus comidas y la forma de armar sus atuendos, hasta sus rutinas de ejercicios. Cosas que, para ser honestos, no eran relevantes antes de la revolución tecnológica.

El mensaje es claro: a como dé lugar, el mundo quiere ser visto. Sin embargo, la Biblia nos habla de la belleza que encierra la privacidad en el contexto divino.
Este es el sentido de las enseñanzas de Jesús sobre la generosidad y la oración secreta: lo que Dios pesa es la motivación que nos mueve a actuar.

Lectura Bíblica

Mateo 6:1 NTV
“¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo”.

Reflexionemos

No es casualidad que, en el contexto de esta escena, Jesús mencione la hipocresía de los religiosos que actúan bajo su interés de impresionar para exponer la importancia de la intimidad.
A Dios le importa tus motivaciones y en el secreto es donde se encuentra con ellas.

Cuando la Biblia habla de motivación, habla de algo que nadie ve. Ni el público, ni tus seguidores en las redes sociales, ni la gente de la iglesia, ni tu familia o amigos.
En pocas palabras, nadie a nuestro alrededor puede llegar a la profundidad de nuestras motivaciones e intenciones. Pero Dios las ve desde siempre y eso es lo que cuenta.

La carta de Pablo a los Corintios nos recuerda que el verdadero amor no busca méritos y que todas nuestras buenas acciones son obras vacías cuando carecen de él (1 Corintios 13).
Por esa razón, compartir el evangelio comienza “a puerta cerrada”. En el secreto donde Dios ve nuestro corazón, damos lo mejor que tenemos y recibimos lo mejor que podemos dar.
Allí en el secreto empieza a hablarle a Jesús de tus amigos antes de hablar a tus amigos de Jesús y, sin duda, verás la respuesta a tu oración por ellos.

Ponlo en práctica:
· Evita la “tendencia del fariseo” en tu forma de comunicar el evangelio. A nadie le gusta un creyente que alardea de lo que sabe, presiona a los demás o busca figurar; en vez de eso, asegúrate de conectar con las personas desde la empatía, el respeto y la humildad.
· Antes de hablar a los demás de Jesús, háblale a Jesús de esas personas. Así como Dios ve tu corazón y trabaja en él, también lo hace en el de los demás.

Oración: 
Padre, quiero ser fiel incluso en lo “poco”, en aquello que no es aplaudido por otros porque no lo ven, en el secreto.
Quiero ser fiel en mi tiempo de comunión e intimidad contigo.
Ayúdame con tu Espíritu Santo y dame más de ti para dar y bendecir a los que me rodean llevando sus ojos a ti y no a mí. Porque tú eres el único digno de gloria. Amén.

—Adaptado de Cv Resources

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