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Somos y vivimos con base en lo que pensamos. Proverbios 23:7, dice: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”.
¿Cómo vivirías y enfrentarías cada circunstancia de tu día hoy si creyeras firmemente que eres un embajador del cielo?
¿Cómo se viste un embajador? ¿Cómo habla? ¿Cómo soluciona las dificultades? ¿Qué propósito tiene?

¿Has visto que algunas de las preguntas más comunes en los niños son por qué y para qué?
Estas preguntas no sólo responden a su curiosidad natural sino también a su necesidad de tener propósito y de darle sentido a lo que ven en su mundo.

Te invitamos hoy a hacernos como niños y buscar en los siguientes versículos las respuestas al por qué y para qué acerca de la unción y presencia de Dios en nosotros.

En la última semana a través de esta Guía Devocional hemos estado reflexionando en nuestra identidad como hijos de Dios.
También en los últimos dos Servicios de Celebración los pastores han enseñado sobre el tema de la familia y nuestra herencia al ser hijos de Dios.
No es casualidad la unidad en el tema: en este tiempo Papá Dios quiere sanar corazones y afianzarnos en la relación con Él, pues nos ama y además cuenta
con nosotros para atraer a otros a acercarse y conocer su corazón Paternal 🙌

¿Sabías que Dios desea verte pleno, rebosante de fruto y vida?
¡Así es! Por eso una y otra vez en su Palabra, Dios declara sobre ti su bendición en tus relaciones, en tu trabajo, en tu salud y en todas las áreas de tu vida.
Dios desea que todo lo hagas, prospere.

Jesús quiere bendecirnos más allá de lo que podamos soñar. Quiere estar en nosotros y con nosotros y quiere mostrar al mundo el amor de Dios a través de nosotros.

Familia de la Fe, es ahora el tiempo de ser más valientes que nunca, de buscarlo con todo el corazón y dejar que Él cambie nuestra vida y nos dé propósito.

Cada día, cada momento tenemos la opción de escoger qué pensar y qué creer.
Deuteronomio 30:19 nos dice: “escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”.

Escojamos hoy deleitarnos en una maravillosa verdad del Reino: Somos hijos de Dios por la fe en Jesucristo.

La obra de Dios en nosotros siempre traerá cambios visibles, cambios de vida y esperanza. Por su gran amor podemos ser como una lámpara que ilumine e inspire a otros para que también puedan cambiar para bien.
Así lo vemos en el capítulo 2 de Hechos, donde el Espíritu Santo desciende sobre los discípulos y cambia radicalmente sus vidas.
Antes, estaban temerosos y desconcertados, pero después del bautismo en el Espíritu Santo, salieron a las calles y comenzaron a proclamar el evangelio con valentía y poder.

Iniciemos esta semana reflexionando y parándonos firmes sobre este fundamento bíblico: El Espíritu Santo fue enviado por Dios Padre y por Jesucristo para que esté con nosotros siempre. Cuando hemos rendido nuestra vida a Jesucristo reconociéndolo como Salvador y Señor, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros.

Jesús te ama y confía en ti. Te ha llamado a colaborar con Él y a ser parte de su Equipo de Avanzada de Reino, de los que van al frente. Enviados para manifestar Su amor y poder.
¿Estás pensando que sólo eres una persona común y corriente? Así eran también los discípulos a quienes llamó a seguirle: personas normales, con defectos y virtudes, como todos.
Pero Jesús sabía que no estarían solos, Él enviaría a su Espíritu Santo para ungirlos. Además, siempre estarían juntos como una familia, como un cuerpo, como su ejército.

¿Habías considerado que desde que Jesucristo es tu Señor ya no estás solo? Tienes un compañero de equipo que siempre te acompaña: el Espíritu Santo de Dios.
Él ha sido enviado por el Padre y por Jesucristo para morar en tu corazón. El Espíritu Santo nos guía y enseña la verdad. Nos habla el consejo de Dios.
Produce su fruto en nuestra vida, nos da sus dones. Nos acompaña y ora por nosotros. ¡Wow! Con Él podemos entender claramente que mejor son dos que uno.