¿A Quién Estás Mirando?

En ocasiones puede ser tan abrumador lo que vivimos que pasamos más tiempo enfocados en el problema que en nuestro buen Padre y sus promesas para nosotros.
Permite que el Espíritu Santo te hable a medida que respondes esta pregunta, ¿a quién estamos mirando en medio de las pruebas?

Lectura Bíblica

Hebreos 12:2 NBV
“Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues de él viene nuestra fe y él es quien la perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios”.

Mateo 14:22-33 NBV
“22 Mientras despedía a la multitud, Jesús les pidió a los discípulos que se subieran a la barca y se fueran al otro lado del lago.
23-24 Al quedarse solo, Jesús subió al monte a orar.
La noche sorprendió a los discípulos en medio de las aguas agitadas y luchando contra vientos contrarios.
25 A las tres de la mañana Jesús se les acercó, caminando sobre las aguas turbulentas.
26 Los discípulos, al verlo, gritaron llenos de espanto: ―¡Es un fantasma!
27 Pero Jesús inmediatamente les gritó: ―¡Calma! ¡No tengan miedo! ¡Soy yo!
28 ―Señor —le respondió Pedro—, si realmente eres tú, ordena que también yo camine sobre el agua y vaya hasta donde tú estás.
29 ―Está bien; ¡ven! Sin vacilar, Pedro salió por la borda y caminó sobre las aguas hacia Jesús.
30 Pero al percatarse de lo que hacía y de la inmensidad de las olas que se le echaban encima, sintió miedo y comenzó a hundirse.
―¡Señor, sálvame! —gritó horrorizado.
31 Extendiendo la mano, Jesús lo sujetó y le dijo: ―¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
32 Cuando subieron a la barca, los vientos cesaron.
33 Los otros discípulos, maravillados, se arrodillaron y le dijeron: ―¡No cabe duda de que eres el Hijo de Dios!”

 

Reflexionemos

En nuestro caminar diario a menudo enfrentamos situaciones que parecen insuperables: problemas que nos abruman, desafíos que nos ponen a prueba y obstáculos que nos desvían del camino.
Cuando esto pasa es común que nuestra atención se enfoque únicamente en ellos.

La historia de Pedro caminando sobre las aguas en Mateo 14:30 nos habla sobre la importancia de mantener nuestra mirada en Jesús en medio de las tempestades de la vida.
Cuando Pedro vio las olas turbulentas y sintió el viento fuerte, su mirada se apartó de Jesús y comenzó a hundirse.
De la misma manera, si apartamos nuestros ojos de Jesús, la desesperanza puede invadir nuestros corazones.

La Palabra de Dios nos enseña a no dejar que los desafíos nos intimiden ni nos paralicen. En lugar de quedarnos mirando las “olas turbulentas”, es decir esos problemas que parecen demasiado grandes, elevemos nuestra mirada hacia Aquel que es más grande que cualquier problema que podamos enfrentar.

Escucha al Espíritu hablando a tu corazón hoy: necesitas mantenerte enfocado en Jesús, mirándolo a él, creyendo en sus promesas y no mirando a la circunstancias o problemas.

Cuando mantenemos la mirada fija en Jesús, nuestra perspectiva cambia por completo. Él es nuestra fuente inagotable de fuerza y esperanza. Recuerda siempre que a pesar de las dificultades, Él está con nosotros y puede transformar nuestras situaciones más difíciles.

Oración: 

Amado Padre, determino en mi corazón no dejar que las olas de la vida me hagan perder la esperanza.
Mantendré mis ojos puestos en Jesús, mi Salvador.
Recibo su fuerza y amor en medio de mi debilidad y me aferro con fe a Él. Amén.

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