Papá Dios lo sabe todo 

¿Qué sentimiento hay en tu corazón al pensar en el hecho de que Papá Dios te conoce más de lo que nadie puede hacerlo (incluso tú mismo)?
Él ve más allá de cualquier máscara y apariencia externa. Él se adentra en lo más profundo de nuestro ser.

Lectura Bíblica

Salmo 139:1-4 (NVI)
“1 Señor, tú me examinas, conoces todos mis pensamientos;
2 sabes cuándo me siento y cuándo me levanto, incluso a la distancia me lees la mente.
3 Mis pasos los escrutas, mi descanso lo conoces, con todos mis caminos estás familiarizado.
4 Aun antes de que una palabra esté en mi boca, tú, Señor, ya la conoces por completo”.
utivos a prosperidad…”

Reflexionemos

En las palabras de este salmo encontramos una verdad poderosa y reconfortante: Papá Dios lo sabe todo. Él nos conoce de una manera profunda y completa.
Él conoce nuestros pensamientos más íntimos, comprende nuestras emociones y está al tanto de cada detalle de nuestras vidas.
¡Somos amados y cuidados por un Padre celestial que nos ve y nos conoce en toda nuestra plenitud!

Así es: Papá Dios lo sabe todo. Pero su conocimiento de nuestro corazón no debe atemorizarnos ni hacernos sentir amenazados. Al contrario, En medio de las dificultades,
tentaciones e incertidumbres de la vida, podemos encontrar refugio en su amor y bondad.
Encontramos consuelo en saber que no estamos solos, que hay alguien que nos comprende plenamente.

Hoy permite que esta certeza llene tu corazón: tienes un Padre amoroso que está al tanto de cada paso que das.
Padre Dios conoce todo lo que hay en tu corazón. Aún si no eres capaz de expresar bien lo que sientes o los que te rodean no te comprendan,
Dios conoce cada uno de los pensamientos que hay en tu corazón.
Él conoce tus luchas y alegrías, tus caídas y victorias… Y en medio de todo, tu Padre está allí para ti, extendiendo sus brazos para amarte.

Pero esta maravillosa verdad no es solo para nosotros. Como hijos amados de este buen Padre, tenemos el privilegio de compartir su amor con los demás.
Al reconocer que somos conocidos y amados por Dios, podemos ser portadores de su mensaje de esperanza y gracia.
Podemos hablar a otros acerca de su amor incondicional, su capacidad para entendernos en todas nuestras complejidades y su deseo de cuidar de cada
detalle de sus vidas.

En un mundo que a menudo se siente huérfano y solitario, seamos la voz que proclama que hay un Padre celestial dispuesto a encontrarse con sus hijos que lo reconozcan y busquen.

No lo dudes, comparte con otros tu propia experiencia de cómo Dios ha transformado tu vida con su amor transformador, dándote consuelo y propósito.

Oración: 
Gracias, Padre, por tu cuidado constante. Ayúdame a confiar cada día más en ti y a depositar mi vida en tus manos. Que tu amor y tu presencia sean mi guía y fortaleza en todo momento. Amén.

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