Padre
Amada Familia de la Fe, ayer en el Servicio de Celebración, el mensaje dado por el pastor Edwin Cañón reveló una cruda realidad: actualmente estamos pasando por una crisis
de paternidad.
Personas de todas las edades sufren la ausencia del amor y la imagen paterna en su vida.
¿Qué está hablando Dios a tu corazón hoy ante esta realidad?
Lectura Bíblica
Salmo 68:5-6 NBLA
“5 Padre de los huérfanos y defensor de las viudas Es Dios en Su santa morada.
6 Dios prepara un hogar para los solitarios; Conduce a los cautivos a prosperidad…”
Reflexionemos
Estas palabras nos hablan directamente al corazón.
Dios ama profundamente a su creación y tiene cuidado de ella.
Él es el Padre amoroso de los huérfanos y el defensor de las viudas. Es Él quien brinda el consuelo, protección y amor que necesitan en medio de su dolor y soledad.
¿Sabes? Esta revelación del carácter de Dios Padre *es también su corazón para aquellos que aunque tienen vivo a su progenitor, han carecido de su amor*. Aquellos que podríamos llamar huérfanos del alma.
ÉL tiene una Familia de la Fe en la que ha preparado un hogar para los solitarios.
Dios quiere llenar el vacío en el corazón de aquellos que carecen del amor de un padre terrenal.
Amado, habiendo sido adoptados como hijos de Dios y recibido su gran amor (Juan 1:12), tú y yo somos llamados a ser instrumentos, enviados por Él para llevar el mensaje de su amor y esperanza a todo el que tiene su corazón necesitado del amor del Padre.
Tenemos el privilegio de acercarnos a ellos, brindarles consuelo y compartirles la buena noticia de que tienen un Padre celestial que los ama incondicionalmente.
Dios espera que tú seas esa voz que les recuerda que no están solos, que tienen un lugar en la familia de la fe y que hay esperanza en medio de la adversidad.
¿Te levantarás para ser esa mano que ofrezca a otro apoyo y ayuda en su camino hacia la sanidad emocional y espiritual?
A través de tus acciones y palabras, puedes sembrar semillas de fe, esperanza y amor en sus corazones, permitiendo que experimenten la presencia tangible de su Padre celestial.