Orando por ellos

Creemos y declaramos que nuestros niños son una nueva generación de transformadores y como padres debemos decidimos pararnos firmes en oración por ellos.
Hoy, queremos resaltar la importancia y el impacto transformador que la oración tiene en la vida de nuestros pequeños.

Lectura Bíblica

Deuteronomio 6:5-7 TLA
“5 Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que eres y con todo lo que vales.
6 Apréndete de memoria todas las enseñanzas que hoy te he dado,
7 y repítelas a tus hijos a todas horas y en todo lugar: cuando estés en tu casa o en el camino, y cuando te levantes o cuando te acuestes”.

Isaías 44:3 NBV
“Yo proveeré agua abundante para su sed y para sus campos resecos. Y yo derramaré mi Espíritu y mis bendiciones sobre sus hijos”.

Reflexionemos

Es necesario que comprendamos el poder y valor de la oración para que nuestros hijos conozcan a Dios, lo amen y lo sigan todos los días de su vida.

Dios nos llama como padres, abuelos, tíos, vecinos, educadores, etc. a sembrar semillas de fe en la vida de los niños. Esto lo hacemos a través de nuestras palabras y de nuestro ejemplo.
La oración es el elemento clave de nuestro cuidado por los niños que se suma a lo anterior para producir transformación en ellos.

Para los hijos, la oración de sus padres por ellos es una expresión genuina de amor y cuidado. Saber que sus padres oran por ellos trae confianza y seguridad emocional a los niños. Por tus oraciones, ellos saben que no están solos y que cuentan con el apoyo y el amor inquebrantable de sus padres y de Dios.
Cuando los niños nos ven orar por ellos tienen un buen modelo a seguir: buscar a Dios y confiar en Él para cada detalle de la vida.
Así mismo, de nuestro ejemplo aprenderán que la oración es un tiempo de unidad e intimidad con Padre Dios. No es sólo para pedir, sino primeramente para agradecer y expresar nuestro amor a Dios en adoración.

Para los padres, la oración es una fuente de fortaleza, consuelo y guía en medio del diario vivir. Es el medio a través del cual nos conectamos con nuestro Padre Dios para presentarle nuestras peticiones y preocupaciones por nuestros hijos. Allí reconocemos humildemente que hay aspectos que escapan a nuestro control y que necesitamos su guía sabia y amorosa para ayudar a nuestros hijos a andar en el propósito para el cual fueron creados.
En tiempos de incertidumbre y desafíos, la oración por los hijos se convierte en un ancla que nos sostiene y nos da fuerzas para seguir adelante. Nos ayuda a encontrar paz en medio del caos y a enfrentar las dificultades con valentía y esperanza.
Amado, no podemos dejar de orar. Cada día toma tiempos para clamar por tus hijos y por los niños sobre los cuales tienes influencia (familiares, vecinos, etc).

No existe edad límite para orar por nuestros hijos. Ellos siempre serán nuestros hijos y siempre contarán con nuestra oración.

Enriquece tu intercesión por tus hijos con la declaración de las promesas de Dios sobre ellos. Recuerda, Dios es fiel y cumple sus promesas.
¿En qué áreas de su vida tus hijos necesitan experimentar más de Dios? Busca las promesas bíblicas que tienen que ver con esas áreas y úsalas en tus oraciones.

 

Oración: 

Padre Dios, gracias por los hijos que me has dado y por cada niño sobre el que me has puesto cerca para ser influencia de bendición.
Oro sobre ellos que Jesucristo sea formado en su hombre interior (Gálatas 4.19), y que sean enseñados en tu Palabra y tengan paz (Isaías 54:13).
Permite Señor, que aprendan a discernir entre el bien y el mal y que tengan buena conciencia delante de Dios (Hebreos 5:14).

No hay Dios como tú, Señor. En ti está mi confianza y mi paz. En tus manos están los tiempos de mis hijos. Declaro sobre ellos el cumplimiento de tus propósitos (Salmos 138:8).
Amén.

 

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