Esfuérzate y sé valiente
El esfuerzo y la valentía no son opcionales cuando queremos alcanzar las promesas de Dios para nuestra vida. Aprendamos del ejemplo de Josué.
Lectura Bíblica
Josué 1:9
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
Hebreos 12:2 NBV
“Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues de él viene nuestra fe y él es quien la perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios”.
Reflexionemos
En el primer capítulo de Josué la Palabra nos revela otra clave para el cumplimiento de los planes de Dios en la vida de ese líder:
3 veces en ese mismo capítulo Dios le dijo que debía esforzarse y ser valiente, ¡tres veces en un mismo capítulo!
Amado, así como para Josué, para ti y para mí es crucial que nos esforcemos y seamos valientes… Que perseveremos con fe en andar en las promesas de Dios.
Josué, perseveró y durante el resto de su vida dirigió al pueblo de Israel con esfuerzo y gran valentía, hasta que la promesa de Dios se cumplió, y conquistaron la Tierra Prometida.
Día tras día, siguió adelante, sin dejar de avanzar, ni siquiera en los momentos difíciles.
Al final de sus días, Josué reunió a todo el pueblo, y con gran valentía y resolución les dijo:
Josué 24:15, “Si no desean servir al SEÑOR, decidan hoy a quien servirán… Pero yo y mi familia serviremos al SEÑOR.”
Sí, Josué perseveró hasta el final. La perseverancia significa resistir y aferrarse a lo que uno cree sin importar lo que ocurra.
Amada familia de la fe, ¡perseveremos en seguir a Dios con valentía!
Que las dificultades del camino y los problemas no nos desanimen. Que nada nos detenga del caminar cristiano.
En ComunifeCali creemos firmemente que vas a ver las promesas de Dios cumplirse en tu vida, así que, ¡sigue esforzándote, sigue caminando en fe, y sigue dando lo mejor de ti con valentía!
Recordemos que no solo debemos perseverar en el Señor para nuestro propio beneficio, sino también para ser una bendición para otros.
Tú y yo tenemos el privilegio de poder impactar a aquellos que nos rodean.
En medio de nuestras luchas, Dios nos llama a ser luz y esperanza para los demás.
Podemos alentar, animar y bendecir a quienes nos rodean, compartiendo el amor y la gracia de Dios con ellos.
¿La clave? Mantener los ojos fijos en Jesús.
Mantener nuestra mirada en Jesús significa poner nuestra confianza y nuestra esperanza en Él, en lugar de enfocarnos únicamente en las circunstancias que nos rodean.
Cuando dirigimos nuestros ojos a Jesús, recordamos que Él es más grande que cualquier desafío y que tiene el poder de obrar milagros en nuestras vidas.
Cuando mantenemos nuestros ojos en Jesús, nuestras perspectivas cambian.
Aunque las circunstancias a tu alrededor sean abrumadoras, recuerda que Dios tiene el control.
Perseveremos en confiar en las promesas de Dios y en su gran amor, incluso cuando no podemos entender las circunstancias que estemos atravesando.