Cuida tu boca
Una de las áreas que más nos cuesta controlar en diferentes situaciones y tentaciones, es la lengua.
Tener victoria en lo que decimos sin duda equivale a cerrar fuertemente las puertas al enemigo. Hoy, pensemos en eso.
Lectura Bíblica
Santiago 3:2-12 TLA
2 Todos cometemos muchas faltas. ¿Quién, entonces, es una persona madura? Sólo quien es capaz de dominar su lengua y de dominarse a sí mismo.
3 Al caballo podemos dominarlo, y hacer que nos obedezca, si le ponemos un freno en la boca.
4 Algo parecido pasa con los barcos. Por grande que sea un barco, y por fuertes que sean los vientos que lo empujan, el navegante puede controlarlo con un timón muy pequeño.
5 Y lo mismo pasa con nuestra lengua. Es una de las partes más pequeñas de nuestro cuerpo, pero es capaz de hacer grandes cosas. ¡Es una llama pequeña que puede incendiar todo un bosque!
6 Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego. Nuestra lengua tiene mucho poder para hacer el mal. Puede echar a perder toda nuestra vida, y hacer que nos quememos en el infierno.
7 Podemos dominar toda clase de animales salvajes, de aves, serpientes y animales del mar,
8 pero no hemos podido controlar nuestra lengua ni evitar decir palabras que dañen. La lengua parece un animal salvaje, que nadie puede dominar y que está lleno de veneno mortal.
9-10 Con nuestra lengua podemos bendecir o maldecir. Con ella alabamos a nuestro Dios y Padre, y también insultamos a nuestros semejantes, que Dios hizo parecidos a él mismo. Hermanos, ¡esto no debe ser así!
11 De un mismo pozo no puede salir agua dulce y agua amarga o salada.
12 Tampoco da higos un árbol de aceitunas, ni da uvas un árbol de higos”.
Reflexionemos
¿Quieres cerrar puertas al enemigo? Controla tu lengua y en lugar de quejas, críticas y mentiras, decide alabar a Dios, hablar verdad y bondad.
Dios espera de nosotros que en lugar de quejarnos y enfocarnos en los problemas, escojamos cambiar nuestra perspectiva y declarar palabras de victoria sobre cada situación.
Es sencillo: cuando nos quejamos constantemente, abrimos las puertas al enemigo. Nos sumergimos en un ciclo de negatividad que afecta nuestra fe, nuestra alegría y nuestras relaciones.
Por el contrario, cuando elegimos tener victoria en nuestra boca, estamos tomando una postura de fortaleza y fe, y estamos declarando nuestra confianza en Dios y en su poder para superar cualquier obstáculo.
Al elegir declarar palabras de victoria en lugar de queja, estamos invitando a Dios a obrar en nuestras vidas de maneras sorprendentes y maravillosas.
Así mismo, nos convertimos en un testimonio vivo para los demás. Nuestro enfoque y actitud de confianza en Dios inspirarán a quienes nos rodean y los acercarán más a él.
Nuestras palabras serán una fuente de consuelo para aquellos que están pasando por tiempos difíciles.
Te animamos para que a partir de hoy sea una prioridad en tu vida tomar mayor control de tu boca.
No permitas que la queja te robe la paz y la alegría que Dios quiere que tengas. En cambio, declara palabras de victoria sobre cada situación, confía en el poder de Dios para obrar en tu vida y sé un testimonio vivo de su amor y su gracia.