Lectura Bíblica

1 Juan 4:7 RVC
“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios”.

Juan 13:34 PDT
“Les estoy dando un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ámense tal como yo los amé”.

Juan 4:9-10 NTV
La mujer se sorprendió, ya que los judíos rechazan todo trato con los samaritanos.
Entonces le dijo a Jesús: —Usted es judío, y yo soy una mujer samaritana. ¿Por qué me pide agua para beber?
Jesús contestó: —Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva.

Reflexionemos

La samaritana de la que habla este último pasaje era mujer con mala reputación, una mujer que ya había tenido cinco maridos y con el hombre que entonces vivía no era su marido.
Sin embargo, Jesús no se acercó a ella señalando sus pecados sino que se conectó con ella y en vez de señalar lo que era, le habló de lo que podía darle.
En lugar de darle una condena cruel y vacía, le mostró compasión, gracia, misericordia y bondad. ¡Ese es nuestro Jesús!

Piensa en lo que habría pasado si Jesús hubiese iniciado la conversación preguntándole por su marido… Al ser una mujer desconfiada, incrédula y dolida, seguramente se habría mostrado más predispuesta de lo que estaba.
Jesús tuvo en cuenta su condición, pero nunca la hizo sentir señalada. A lo largo de su conversación, eventualmente le hizo preguntas que la llevaron por sí misma a reconocer su situación y a ser abierta al respecto.

Pregúntate: ¿estás siendo intencional en tener conversaciones oportunas para presentar las buenas nuevas de salvación?

Somos llamados a andar como Jesús lo hizo y a amar a nuestro prójimo con el amor del Señor.
Procura que la amabilidad, el amor, la gentileza, la paciencia y misericordia sean tu forma de conectar con las personas antes de compartir el evangelio.

—Adaptado de Cv Resources