Eres Sal
Ayer, en el Servicio de Celebración, a través del mensaje del Pastor Juan Salas, nuestro Padre Dios nos recordó que Él nos ha capacitado para ser sal de la tierra y poder producir transformación y cambio en nuestra preciosa nación que requiere ver una iglesia que se levanta con un Cristo glorioso al que alabamos. Reflexionemos hoy en esto.
Jesús llamó a los discípulos “sal de la tierra”. En los tiempos antiguos y en los tiempos de Jesús la sal era costosa. Precisamente la palabra salario tiene sus raíces en la palabra sal: En la época del Imperio Romano, a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con sal, un producto muy valioso y apreciado.
No importa cuán pequeñas puedan parecer nuestras acciones, nunca subestimemos el poder de ser sal en este mundo. Cada conversación, cada acto de bondad, cada palabra de aliento pueden llevar la esperanza de Cristo a alguien que lo necesita desesperadamente.
Te animamos a no ser tímido en predicar el evangelio. Comparte a otros el amor de Jesús con valentía y amor. Sé una influencia positiva en tu entorno, y recuerda siempre que, a través de tu vidas transformadas por Cristo, puedes ser instrumentos de bendición para otros.