Él nos ayuda

A menudo, nos podemos sentir como personas comunes, corrientes y limitadas, sin nada extraordinario que ofrecer al mundo. Pero en realidad, Dios ha elegido precisamente a personas como nosotros para ser sus discípulos y para extender su Reino. ¿Por qué? Porque a través de nuestra debilidad, Él manifiesta Su poder y gracia.

Guarda esto en tu corazón: Nuestro llamado como discípulos de Cristo no está limitado por nuestras limitaciones humanas, sino que es respaldado por la fidelidad inquebrantable de Dios.

Padre Dios no busca personas perfectas, superhéroes espirituales o individuos extraordinarios. En cambio, Él nos llama tal como somos, con nuestras imperfecciones y limitaciones. Su llamado se basa en Su fidelidad, no en nuestras capacidades. Él nos equipa, guía y ayuda con Su Espíritu Santo (Juan 14:16-17).

Así que, no subestimemos el impacto que podemos tener en el mundo que nos rodea. Dios ha confiado en nosotros para ser Sus embajadores, para compartir Su amor y verdad con aquellos a quienes encontramos en nuestra vida cotidiana: amigos, familiares, compañeros de trabajo, vecinos. Somos instrumentos de cambio, portadores de esperanza, y testigos vivos de Su amor inagotable.