“Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda, sino que tenga vida eterna”.
El Señor no sólo vio la condición de la humanidad sino que con amor hizo un plan y como dice la Palabra, envió a su hijo por la salvación de todos,
porque la voluntad de Dios es que todos procedan al arrepentimiento, que nadie perezca (2 Pedro 3:9).
Creo firmemente que este es el tiempo en que Dios está despertando obreros y segadores para las almas porque la mies está lista.
La estrategia de parte de Dios siempre ha sido levantar, entrenar, discipular y enviar discipuladores dispuestos a ir a discipular a otros.
Te doy la bienvenida a la GUÍA DEVOCIONAL del entrenamiento: “Misión Ganar, Un corazón Apasionado por Dios y por las Almas”
para ser avivados y entrenados como obreros para la mies esto para entrar a nuestro campo misionero (familia, amigos y conocidos)
en intercesión para extender el reino de los cielos, ganar almas y discipularlas.
En nuestro ADN ICCF MSA la Palabra de Dios es el centro y fundamento de nuestra meditación.
En esta GUÍA DEVOCIONAL para CORAZONES APASIONADOS POR DIOS Y POR LAS ALMAS hallarás abundante Palabra de Dios
para que leas, estudies, medites, memorices y apliques en tu vida.
Tengo gran gozo pues estoy seguro que el fruto serán corazones avivados en la pasión por Dios y por las almas.
Apóstol José Darley Castrillón
Pastor Principal ICCF Cali
Visión
La primera definición de visión tiene que ver con la capacidad de ver, es decir de percibir la realidad física a través de nuestros ojos.
Pero hay otra clase de visión y es de esa que Dios quiere hablarnos hoy. Aquella acerca de lo que vemos con nuestros ojos de la fe, no con los ojos físicos.
Esta visión es esa idea de tu futuro que se convierte en uno de tus sueños más preciados a largo plazo.
Tener esta visión nos hace movernos hacia lo que vemos y nos da la pasión para actuar hacia la realización de nuestro propósito.
Jesucristo también tenía una visión… Hebreos 12:2, “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Descubramos en estos versículos la visión que impulsó a Jesucristo:
Guía de lectura devocional
• Mateo 4:17,
“A partir de entonces, Jesús comenzó a predicar: Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca”.
• Juan 17:26,
“Yo te he dado a conocer a ellos y seguiré haciéndolo. Entonces tu amor por mí estará en ellos, y yo también estaré en ellos”.
• Colosenses 1:19-20,
19 Pues a Dios, en toda su plenitud, le agradó vivir en Cristo,
20 y por medio de él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra, por medio de la sangre de Cristo en la cruz.
Reflexionemos
La visión y mensaje de Jesucristo fue que el reino de Dios venía a los hombres para restaurar la comunión del Padre con su amada creación. Con amor Él dio su vida para cumplir esta visión.
¿Recientemente has considerado cuánto te ama Dios? Piensa en ello ahora mismo. ¡Su amor por ti es parte de la visión que inspiró a Jesucristo a dar su vida!
Jesucristo terminó su obra con su muerte y resurrección. Ahora, nos ha encomendado a nosotros la “Gran Comisión” y ha enviado a Su Espíritu Santo para que continuemos apasionadamente con su visión.
Su Espíritu Santo nos da poder para que seamos testigos y continuemos trayendo el reino de Dios a los hombres para que sean transformados y restaurados en su comunión con Dios.
¡Que la visión y el amor de Jesús llene nuestro corazón!
¿Estás dispuesto a obedecer este mandato de ganar y discipular almas para la extensión del reino de Dios?
¿Quieres involucrarte como miembro de la iglesia en la Misión Alcanza? Si tu respuesta es sí, escríbenos al Whatsapp Comunife 312-812-4885 y te contaremos cómo unirte.
Gracias señor por darme esta familia de la fe y cuando cierro mis ojos puedo ver a toda mi familia de sangre apacionados por ti gracias mi amado Padre celestial te amo
Gracias Padre
Por tu gran amor por mi, por limpiarme con tu sangre preciosa y darme la sabiduría, la fortaleza y cuidado para seguir adelante contigo y por que sé que mi familia llegara a tus pies, en el nombre poderoso de Jesús.