
Visión
La primera definición de visión tiene que ver con la capacidad de ver, es decir de percibir la realidad física a través de nuestros ojos.
Pero hay otra clase de visión y es de esa que Dios quiere hablarnos hoy.
Es aquella acerca de lo que vemos con nuestros ojos de la fe, no con los ojos físicos.
En 2 Corintios 5:7 la Palabra nos llama a vivir por fe y no por vista.
Esta visión es esa idea de tu futuro se convierte en uno de tus sueños más preciado a largo plazo.
Tener esta visión nos hace movernos hacia lo que vemos y nos da la pasión para actuar con un sentido de propósito.
Hebreos 12:2, “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Descubramos en estos versículos la visión que impulsó a Jesucristo:
Guía de lectura devocional
• Mateo 4:17,
“A partir de entonces, Jesús comenzó a predicar: Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca”.
• Lucas 4:43,
“Él les respondió: Debo predicar la Buena Noticia del reino de Dios también en otras ciudades, porque para eso fui enviado”.
• Juan 6:38,
“Pues he descendido del cielo para hacer la voluntad de Dios, quien me envió, no para hacer mi propia voluntad”.
• Juan 1:18,
“Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios”.
• Juan 17:26,
“Yo te he dado a conocer a ellos y seguiré haciéndolo. Entonces tu amor por mí estará en ellos, y yo también estaré en ellos”.
• Marcos 10:45,
“Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos”.
• Colosenses 1:19-20,
19 Pues a Dios, en toda su plenitud, le agradó vivir en Cristo,
20 y por medio de él, Dios reconcilió consigo todas las cosas. Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra, por medio de la sangre de Cristo en la cruz.
Reflexionemos
La visión y mensaje de Jesucristo fue que el reino de Dios venía a los hombres para restaurar la comunión del Padre con su amada creación. Con amor Él dio su vida para cumplir esta visión.
Jesucristo terminó su obra con su muerte y resurrección. Ahora, nos ha encomendado a nosotros la “Gran Comisión” y ha enviado a Su Espíritu Santo para que continuemos apasionadamente con su visión.
Su Espíritu Santo nos da poder para que seamos testigos y continuemos trayendo el reino de Dios a los hombres para que sean transformados y restaurados en su comunión con Dios.
Pregúntate
¿Estoy dispuesto a obedecer este mandato de ganar y discipular almas para la extensión del reino de Dios?
¿Cómo puedo involucrarme como miembro de la iglesia en la Misión Alcanza?
¿Estoy dispuesto a invertir tiempo para la transformación de mis comunidades provocando que venga el cielo a la tierra?
¿Qué ideas y actividades interesantes se me ocurren?