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Sus Promesas Hablan Vida
En la prisa diaria por llevar a cabo las tareas que tenemos, a menudo podemos perder de vista la tranquilidad, confianza y paz que Dios nos ofrece.
Y esto es así tanto para quienes ya conocemos el amor de Jesús, como para quienes aún no lo hacen.
Mira a tu alrededor y piensa ¿quizá las personas que conoces necesitan saber que, aunque su mundo fluctúe, el amor de Jesús permanece? Tú tienes el mensaje que ellos necesitan.
Lectura Bíblica
Mateo 24:35 NTV
“El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás”.
Isaías 55:11 NTV
“Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos”.
Reflexionemos
¡Todos necesitamos recibir las promesas de Dios que nos inspiran esa esperanza viva!
Verdaderamente, ¡hay una diferencia tan grande entre la prisa, el caos y las dificultades de este mundo y la Esperanza Viva que nos da Dios!
Esta Esperanza Viva está fundamentada en la Palabra de Dios, la cual no cambia sino que permaneces fiel y verdadera.
Ella es una fuente de autoridad que no podemos dejar de lado al hablar de Jesús con los demás.
Sí, las promesas de la Palabra de Dios nos reconfortan, nos corrigen, nos reorientan en nuestro caminar… pero sobre todo nos llenan de fe y expectación hacia lo que Dios quiere hacer en nuestra vida.
Sin falta, todas las personas necesitamos ser vivificados, sanados e inspirados a través de la Palabra de Dios.
Por eso es indispensable que tú y yo nos levantemos a compartir la palabra de vida, la Palabra de Dios.
Determina hoy que esta semana hablarás por lo menos con una persona, a quien le contarás lo que Jesús hizo por nosotros sin dejar de lado la palabra de Dios.
Apunta y trata de memorizar algunos versos bíblicos claves del plan de Dios en los que puedas apoyarte cuando estés hablando de Jesús (Juan 3:16-17, Juan 14:6, Romanos 5:8, Romanos 6:23, Romanos 3:23-24, Colosenses 1:20,
Tito 3:5).
Oración:
Señor, ayúdame a permanecer firmemente conectado a Ti.
Te amo, te anhelo, y quiero que permanezcas en mi corazón, y que Tu vida fluya en mí y a través de mí, produciendo fruto abundante. ¡Gracias por Tu amor! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!
—Adaptado de Cv Resources
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