Habrá Fruto

Quizás uno de los mayores desafíos que enfrentamos como cristianos es compartir el evangelio con personas que tienen conocimiento bíblico o practican una religión distinta.
Podríamos decir que ese era el caso de Jesús cuando habló con Nicodemo, un fariseo, miembro del grupo religioso más estricto de Israel y por lo tanto seguramente con altas barreras mentales para recibir el evangelio. Pero eso no impidió que Jesús se dedicara a escucharlo y a responder a sus preguntas con paciencia, ¿La razón? Jesús sabía que la religión de Nicodemo no podía salvarlo. Él necesitaba del Mesías tanto como cualquier otra persona y Jesús dedicó tiempo para sembrar en el corazón de Nicodemo la semilla de la Palabra de Dios, sabiendo que luego habría fruto.

Lectura Bíblica

Juan 3:10-15 NTV
“10 Jesús le contestó: ¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas?
11 Te aseguro que les contamos lo que sabemos y hemos visto, y ustedes todavía se niegan a creer nuestro testimonio.
12 Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales?…
13 Nadie jamás fue al cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre bajó del cielo.
14 Y así como Moisés levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto, así deberá ser levantado el Hijo del Hombre,
15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna”.

Reflexionemos

Nicodemo era un líder religioso que conocía bien las escrituras. A pesar de ello, le costó trabajo entender lo que Jesús le decía.
En el pasaje anterior podemos ver que la sabiduría de Jesús al encontrar un elemento en común para exponer su mensaje. Usó una historia que Nicodemo conocía: la serpiente de bronce que Moisés levantó en el desierto, y la empleó como una analogía
para presentarle la verdad: el hijo del hombre es la única provisión de Dios que salva a la humanidad del pecado.
Así como Jesús nos modeló, seamos prácticos al compartir el evangelio. Usemos referencias con las que puedan sentirse familiarizados para conectarlos con lo que dice la Biblia.

La Biblia no dice si Nicodemo creyó en Jesús en ese momento, pero ese fue el inicio de su viaje en la fe.
La semilla de la Palabra plantada daría fruto.
Varios capítulos más adelante encontramos de nuevo a Nicodemo, ahora defendiendo a Jesús ante los fariseos a quienes explica a oír e investigar antes de hacer un juicio definitivo.
La última mención de Nicodemo en la biblia está en Juan 19 después de la crucifixión de Jesús. Allí Nicodemo ayuda a José de Arimatea en la sepultura de Jesús cuando todos los discípulos se habían dispersado.

No tengas en poco las conversaciones que inicias sobre la fe ni te des por vencido con las personas al no ver resultados inmediatos.
Aunque el viaje con Jesús sea lento y titubeante para algunos, descansa en la certeza de que Dios está trabajando tras bastidores.
Persevera en hablar a tus cercanos y conocidos acerca de Jesús. No te limites por su conocimiento o por los obstáculos que pongan. La semilla de la Palabra dará fruto.

Oración: 
Amado Dios, ¡cuánto amor y paciencia has tenido conmigo! Así mismo, quiero ser paciente y amoroso con los que me rodean, al presentarles el mensaje del Evangelio.
te pido que abras los ojos espirituales y traigas a tu luz admirable a aquellas personas a quienes he estado hablando de ti. Que puedan conocer y recibir a Jesucristo. Amén.

—Adaptado de Cv Resources

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