Lectura Bíblica

Isaías 7:14
Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.

Mateo 1:22-23
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).

En medio de este tiempo de alegría y gozo, de tener visitantes, parientes y amigos; en medio de este tiempo de viajes o de mucho trabajo, cansancio haciendo compras y reuniones, siempre recuerda tu prioridad: “yo soy el mensajero del mayor regalo de amor, de la mayor esperanza que el mundo haya recibido; de Jesús, el Mesías prometido por el Padre y enviado al mundo para salvarnos”.

Necesitamos entender que este tiempo de Navidad, que es tan lindo y tan especial lo debo aprovechar para poder dar el verdadero mensaje de la Navidad.
Hoy sigue siendo válido el mensaje de cuando Él vino sobre la tierra hace siglos: el Salvador viene para darnos vida eterna. Cuenta a los demás que Jesucristo vino a la tierra físicamente para darnos vida eterna espiritualmente, para perdonar nuestros pecados y para darnos una nueva vida.

Cada vez que tú le compartes a alguien estás preparando ese corazón. Estás preparando el camino del Señor.
Anuncia y guía a tus conocidos a orar para que entreguen su vida al Jesús y que lo reciban como su Salvador y su Señor. Como dice Juan 3:3, para que, “nazcan de nuevo del Espíritu de Dios” y reconozcan su necesidad de Jesús y del Espíritu Santo.
Así ellos también tomen su lugar dentro del plan que Dios tiene para cada hijo suyo.

Oremos juntos
Padre Dios, entiendo que tengo el llamado de compartir acerca de ti con los corazones de los que no te conocen, o quizá sí te conozcan pero se han apartado.
Soy tu mensajero de paz y de verdad. Soy representante del reino de Dios. Soy vocero tuyo para decirles que preparen su corazón y su vida, que preparen el camino del Señor. Soy tu enviado para pregonar la venida de Jesús, para hablar tu verdad y llevar esperanza: Que Jesucristo vive y está entronado, no sólo como Salvador sino también como Señor.
Creo y declaro cielos abiertos sobre mi ciudad y nación para llevar el mensaje del Reino.
Te pido que me ayudes e inspires con tu Espíritu Santo para ser un anunciador declarando tu Palabra, que es vida, para un mundo que te necesita y te busca. Amén.