Eres Sal

Ayer, en el Servicio de Celebración, a través del mensaje del Pastor Juan Salas, nuestro Padre Dios nos recordó que Él nos ha capacitado para ser sal de la tierra y poder producir transformación y cambio en nuestra preciosa nación que requiere ver una iglesia que se levanta con un Cristo glorioso al que alabamos. Reflexionemos hoy en esto.

Jesús llamó a los discípulos “sal de la tierra”. En los tiempos antiguos y en los tiempos de Jesús la sal era costosa. Precisamente la palabra salario tiene sus raíces en la palabra sal: En la época del Imperio Romano, a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con sal, un producto muy valioso y apreciado.

No importa cuán pequeñas puedan parecer nuestras acciones, nunca subestimemos el poder de ser sal en este mundo. Cada conversación, cada acto de bondad, cada palabra de aliento pueden llevar la esperanza de Cristo a alguien que lo necesita desesperadamente.

Te animamos a no ser tímido en predicar el evangelio. Comparte a otros el amor de Jesús con valentía y amor. Sé una influencia positiva en tu entorno, y recuerda siempre que, a través de tu vidas transformadas por Cristo, puedes ser instrumentos de bendición para otros.

Lectura Bíblica

Mateo 5:13-16 DHH
“13 Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.
14 »Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse.
15 Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa.
16 Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo”.

Declaraciones de Vida

Toma las promesas de la Palabra de Dios y decláralas _(habla en voz alta, con seguridad)_ sobre tu vida, familia y cercanos.
Estamos seguros que verás el fruto de la Palabra hablada sobre ti.

A continuación te damos una declaración como modelo. Haz otras tú mismo:
1. Amado Espíritu Santo, con tu guía y fortaleza me levanto para cumplir con el llamado de ser sal y luz en este mundo. Con mi vidad daré la gloria de Dios. Amén.

Preguntas: 

1. ¿Qué aprendí hoy cerca de Dios Padre, Jesucristo o el Espíritu Santo?
2. ¿Hay algún mandamiento que debo obedecer y algún pecado que debo confesar y abandonar?
3. ¿Qué decisión tomo de lo que Dios me habló hoy, cómo lo voy a hacer y cuándo empiezo?

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