Como Lámpara
La obra de Dios en nosotros siempre traerá cambios visibles, cambios de vida y esperanza. Por su gran amor podemos ser como una lámpara que ilumine e inspire a otros para que también puedan cambiar para bien.
Así lo vemos en el capítulo 2 de Hechos, donde el Espíritu Santo desciende sobre los discípulos y cambia radicalmente sus vidas.
Antes, estaban temerosos y desconcertados, pero después del bautismo en el Espíritu Santo, salieron a las calles y comenzaron a proclamar el evangelio con valentía y poder.
Ese fue el caso del endemoniado gadareno, quien tuvo un encuentro con Jesús y su vida cambió.
Escuchemos al Señor hablarnos hoy a través de su historia:
Lectura devocional
Hechos 2:1-4, 14, 22-23, 32-33 y 36
“l día de Pentecostés, todos los creyentes estaban reunidos en un mismo lugar.
2 De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados.
3 Luego, algo parecido a unas llamas o lenguas de fuego aparecieron y se posaron sobre cada uno de ellos.
4 Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo…
14 Entonces Pedro dio un paso adelante junto con los otros once apóstoles y gritó a la multitud…
22 Pueblo de Israel, ¡escucha! Dios públicamente aprobó a Jesús de Nazaret al hacer milagros poderosos, maravillas y señales por medio de él, como ustedes bien saben;
23 … Con la ayuda de gentiles sin ley, ustedes lo clavaron en la cruz y lo mataron.
32 Pero Dios levantó a Jesús de los muertos y de esto todos nosotros somos testigos.
33 Ahora él ha sido exaltado al lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios. Y el Padre, según lo había prometido, le dio el Espíritu Santo para que lo derramara sobre nosotros, tal como ustedes lo ven y lo oyen hoy.
36 Por lo tanto, que todos en Israel sepan sin lugar a dudas, que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, ¡Dios lo ha hecho tanto Señor como Mesías!.
Reflexionemos
No importa quiénes éramos o cuáles eran nuestras circunstancias, a los que hemos creído en Cristo el amor de Dios nos ha transformado y dado una misión: ir a todas partes llevando su mensaje de amor.
¡Dios nos transforma a tal punto que nos ayuda a hacer cosas que nunca hubiésemos podido hacer por nosotros mismos!
Piensa en esto: no hay límites para lo que Dios puede hacer en ti y a través de ti si confías en Él y caminas en su voluntad.
Dios nos da el privilegio de ser puestos como una lámpara para mostrar a otros el camino hacia Jesús.
¿A quiénes conoces que necesitan urgentemente el amor y esperanza que sólo Dios pueden dar? Ora por esas personas y pide al Señor su ayuda para acercarte a ellas y mostrarles a Jesús.