Vidas Transformadas
A nuestro alrededor hay personas con condiciones de vida muy difíciles y probablemente algunos de ellos piensen que no tienen salida, pero tú y yo sabemos que experimentar el amor y la misericordia de Jesucristo realmente tiene el poder de cambiar toda condición y dar como fruto vidas transformadas.
Ese fue el caso del endemoniado gadareno, quien tuvo un encuentro con Jesús y su vida cambió.
Escuchemos al Señor hablarnos hoy a través de su historia:
Lectura devocional
Lucas 8:26-39 TLA
26 Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del lago, a la región de Gerasa.
27 Cuando Jesús bajó de la barca, le salió al encuentro un hombre de ese lugar, que tenía muchos demonios.
Ese hombre no vivía en una casa, sino en el cementerio, y hacía ya mucho tiempo que andaba desnudo.
28-29 Como los demonios lo atacaban muchas veces, la gente le ponía cadenas en las manos y en los pies, y lo mantenía vigilado. Pero él rompía las cadenas, y los demonios lo hacían huir a lugares solitarios.
Cuando este hombre vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces Jesús ordenó a los demonios que salieran del hombre, pero ellos gritaron:
—¡Jesús, Hijo del Dios altísimo! ¿Qué vas a hacer con nosotros? Te rogamos que no nos hagas sufrir.
30 Jesús le preguntó al hombre:
—¿Cómo te llamas? Él contestó: Me llamo Ejército.
Dijo eso porque eran muchos los demonios que habían entrado en él.
31 Los demonios le rogaron a Jesús que no los mandara al abismo, donde se castiga a los demonios.
32 Cerca de allí, en un cerro, había muchos cerdos comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús que los dejara entrar en esos animales, y él les dio permiso.
33 Los demonios salieron del hombre y se metieron dentro de los cerdos. Entonces los cerdos corrieron cuesta abajo, y cayeron en el lago y se ahogaron.
34 Cuando los hombres que cuidaban los cerdos vieron lo que había pasado, corrieron al pueblo y les contaron a todos lo sucedido.
35 La gente fue a ver qué había pasado. Al llegar, vieron sentado a los pies de Jesús al hombre que antes había tenido los demonios. El hombre estaba vestido y se comportaba normalmente, y los que estaban allí temblaban de miedo.
36 Los que vieron cómo Jesús había sanado a aquel hombre, empezaron a contárselo a todo el mundo.
37 Entonces los habitantes de la región de Gerasa le rogaron a Jesús que se fuera de allí, porque tenían mucho miedo.
Cuando Jesús subió a la barca para regresar a Galilea,
38 el hombre que ahora estaba sano le rogó a Jesús que lo dejara ir con él. Pero Jesús le dijo:
39 «Vuelve a tu casa y cuéntales a todos lo que Dios ha hecho por ti.»
El hombre se fue al pueblo y contó todo lo que Jesús había hecho por él.
Reflexionemos
Jesús es quien da sentido a todo en nuestra vida. ¡Él nos da propósito y futuro!
Eso es lo que vivió el hombre de nuestra lectura de hoy, el endemoniado gadareno. En su encuentro con Jesús fue liberado y recibió propósito: Jesús lo envió a contar a todo el pueblo las grandes cosas que Dios había hecho con él, cómo había sido transformado dejando atrás su vida de oscuridad y empezando una nueva vida en la luz y verdad de Jesús.
¡Dios te ama tanto! Él desea que tú seas un punto de encuentro con Dios para las personas que te rodean.
A través de tu amor por ellos, muchos pueden llegar a ser conscientes de que Dios es real, a sentir el deseo de conocerlo y a experimentar Su poder transformador.