Guía de lectura devocional

Mateo 9:36
Sentía compasión por los perdidos.
“Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor”.

Lucas 4:40
“Esa tarde, al ponerse el sol, la gente de toda la aldea llevó ante Jesús a sus parientes enfermos. Cualquiera que fuera la enfermedad, el toque de su mano los sanaba a todos”.

Juan 8:3-11
“3 Mientras hablaba, los maestros de la ley religiosa y los fariseos le llevaron a una mujer que había sido sorprendida en el acto de adulterio; la pusieron en medio de la multitud.
4 «Maestro—le dijeron a Jesús—, esta mujer fue sorprendida en el acto de adulterio.
5 La ley de Moisés manda apedrearla; ¿tú qué dices?».
6 Intentaban tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra, pero Jesús se inclinó y escribió con el dedo en el polvo.
7 Como ellos seguían exigiéndole una respuesta, él se incorporó nuevamente y les dijo: «¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!».
8 Luego volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el polvo.
9 Al oír eso, los acusadores se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los de más edad, hasta que quedaron solo Jesús y la mujer en medio de la multitud.
10 Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer:
—¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó?
11 —Ni uno, Señor—dijo ella.
—Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más”.

Reflexionemos

Siguiendo el ejemplo de Jesús, tú y yo estamos llamados a ver más allá del pecado o de las apariencias de las personas.
Estamos llamados a ver a las personas con los ojos de Dios y a decirles el gran valor que tienen, ¡Jesús los invita a dejar el pasado atrás y empezar de nuevo!
En medio de un mundo quebrantado por flagelos como la soledad, la violencia y la pobreza, dejemos a un lado las piedras de acusación y reproche. Amemos con palabras y acciones, tal como nuestro Señor nos mostró.

¡Sirve y bendice hoy a todas las personas que puedas!