Lectura Bíblica

Isaías 61:1-2 TLA
“1 El fiel servidor de Dios dijo: El espíritu de Dios está sobre mí, porque Dios me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres,
para consolar a los afligidos, y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.
2 Dios también me envió para anunciar: Éste es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación, y para vengarse de nuestros enemigos”.

Hechos 1:8 TLA
“Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo”.

Reflexionemos

Considerando el pasaje de Isaías entendemos que ir a anunciar las buenas noticias acerca del amor de Jesucristo no es sólo una sugerencia, sino que es nuestro propósito:
fuimos elegidos y enviados a hablar (a dar testimonio) para que las personas de nuestro alrededor puedan ser tocadas por Dios, por ese mismo amor que ha tocado y transformado nuestras propias vidas.

Pero es verdad que a veces el temor nos embarga ¿es este tu caso? ¿Te falta un plan claro a la hora de hablar de Dios a la gente? ¿Tienes inseguridad al hablar? ¿Tienes miedo de las preguntas que te puedan hacer?
¡No temas! El Señor que te ha enviado, Él mismo te capacita a ser testigo con su Santo Espíritu.

Además, una clave que nos ayudará en este propósito de anunciar el Evangelio es que podamos comprenderlo y dar a conocer con claridad quién es Jesús, su historia y lo que hizo, porque proclamar la cruz sin explicarla es como ser voceros de un mensaje sin fundamento.

A continuación te presentamos una fórmula sencilla de evangelizar, conocida como las “4P”.
¡Úsala cuando estés hablando a otros acerca de Jesús!

1. Padre:
Dios nos ama como un Padre. Él nos ha creado con amor para relacionarse con nosotros y es feliz de vernos andar en plenitud, satisfacción y viviendo en armonía.

2. Problema:
Tenemos un problema que nos separa de Dios: el pecado. Explica cómo la actitud de vivir “a nuestra manera” y hacer lo que queremos sin obedecer a Dios es el pecado que nos separa de su presencia y va en contra de su hermoso diseño.

3. Provisión:
Por su amor a nosotros Dios dio la provisión para rescatarnos del pecado. Jesús es esa provisión del cielo. Él vino al mundo para restaurar nuestra relación con Dios; vivió de una forma que nosotros no pudimos vivir y pagó el precio de nuestra maldad al tener una muerte que solo nosotros merecíamos. Luego resucitó para demostrar que era el hijo de Dios y vencer el poder de la muerte sobre nosotros.

4. Parte:
Nuestra parte en este gran plan es reconocer a Jesús, volvernos a Él y confiar. Explica que para eso es necesario reconocer nuestra condición y alejarnos del pecado (algo que requiere más que repetir palabras o cambiar de comportamiento). Esto solo es posible al creer y confiar en lo que Dios hizo por nosotros.

—Adaptado de Cv Resources