Guía Devocional Comunife

Tú y yo somos abrumadora y apasionadamente amados por Jesucristo.

¿Qué es el verdadero amor sino el sacrificio voluntario de Jesucristo, el Hijo de Dios, por nosotros, aún cuando andábamos en nuestros pecados?
¿Qué mayor amor podríamos conocer que el amor de un Padre que envía a su propio Hijo inmaculado e irreprensible y el amor del Hijo, Jesucristo, dispuesto a darse a sí mismo y a morir por los pecados de un pueblo rebelde y orgulloso?

En su vida, muerte y resurrección Jesús nos demostró su amor Agape, un amor real.
Él pagó el precio más alto por ti. Su sangre derramada en la cruz nos ha permitido restaurar nuestra relación con Padre Dios.

Hoy, a través de la Palabra de Dios descubre una vez más cuánto te ama Jesús y cómo tú puedes ser lleno de ese amor real y mostrarlo a los demás.

Uno de los mayores privilegios que tenemos como hijo de Dios es que podemos tener la certeza del amor de nuestro Padre celestial.
No tenemos que preguntarnos si nos ama o si se preocupa por nosotros pues a través de su palabra nos ha revelado su gran amor.

Tú eres completamente amado por el Creador y el Señor de todo. El amor de Dios es vasto, ilimitado y real.
No tienes que buscar amor en otra parte.

En este tiempo devocional pide a Dios que cure cualquier herida que te haya impedido experimentar su amor y recibe el increíble y vasto amor que tu Padre celestial tiene para ti.

Nuestra oración por ti es que esta semana tu relación con Dios sea aún más profunda y firme a medida que reflexionamos en la Palabra cuánto te ama tu Padre Dios.

Dios anhela bendecirnos de manera completa y abundante.
Hoy veamos en su Palabra cómo Su bendición fluye como un río que irriga cada rincón de nuestra existencia.

Todo lo relacionado con Dios lo experimentamos siempre a través de la fe.
Es por medio de la fe que podemos vivir la realidad del Reino de Dios aquí en la tierra, con los milagros y señales que Él obra a nuestro favor cuando tenemos fe.

De la misma manera que un soldado debe estar siempre preparado para la batalla, nosotros somos llamados a estar siempre listos para que Dios pueda obrar a través de nosotros.
Reflexionemos hoy en esto.

Papá Dios nos conoce en lo más profundo de nuestro ser. Él comprende nuestros pensamientos más íntimos, nuestras alegrías, tristezas y hasta nuestras preocupaciones antes de que las expresemos.
Aún cuando a veces los demás o tú mismo no te entiendas, Dios sí te conoce y ¡Te ama tanto!

Cada vez que abrimos la Biblia estamos viendo un milagro. La Palabra de Dios existe por el amor y anhelo de Dios de ser conocido por su pueblo y de guiarnos en el camino.
A través de ella Dios se nos ha revelado de una manera que está más allá de lo que pudiéramos pedir o imaginar.

La lectura de hoy nos guía a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y cómo podemos crecer y prosperar en nuestro caminar espiritual.
Oramos que este fin de semana recibsa aún más de la presencia de Dios, llenando tu vida e impulsándote a continuar creciendo y dando fruto para Él.

Continuamos reflexionando en el mensaje que recibimos el pasado domingo en el Servicio de Celebración. La Pasteora Gisella Greenfield nos advirtió acerca de los peligros más sutiles pero devastadores para la vida cristiana: el endurecimiento del corazón, es decir un corazón que poco a poco deja de ver, entender, oír y recordar la verdad y bondad de Dios (Marcos 8:17 y 18).
¿Cómo guardar y mantener nuestro corazón tierno para el Señor?

Jesús ha cambiado nuestra vida, ¡tú y yo somos llamados a dar testimonio para que otros también crean!
Escucha la voz del Espíritu Santo esta mañana: El gran amor de Jesús debe ser compartido con otros, hablemos y llevemos su verdad.