Avivados, Clave 4: Congregarte Constantemente

¿Quieres mantenerte avivado en Cristo? no dejes de congregarte. Asegúrate de reunirte con la familia de la fe; de adorar juntos; de tener compañerismo unos con otros; de continuar creciendo en el conocimiento de Jesucristo a través del discipulado y de servir con tus dones y talentos.

Contrario a lo que muchos piensan, la iglesia no es un edificio o templo, sino el conjunto de personas que creemos en Jesucristo como nuestro Salvador y Señor.

Por amor a nosotros, su iglesia, Jesucristo dio su vida.

Reunirnos en comunión como familia de la fe no es una opción sino que es la la voluntad y mandato del Padre para todos los creyentes.

Lectura Bíblica

Hebreos 10:25
“Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca”.

Efesios 4:14-15 NTV
“14 Entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad.
15 En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia”.

1 Pedro 2:5 NTV
“Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Además, son sacerdotes santos…”

Declaraciones de Vida

Toma las promesas de la Palabra de Dios y decláralas _(habla en voz alta, con seguridad)_ sobre tu vida, familia y cercanos.
Estamos seguros que verás el fruto de la Palabra hablada sobre ti.

A continuación te damos una declaración como modelo. Haz otras tú mismo:

1. Padre, creo y entiendo que soy una de las piedras vivas con las cuales estás edificando tu templo espiritual. Amo a mi familia de la fe y no dejaré de congregarme. Amén.

Preguntas:

1. ¿Qué aprendí hoy cerca de Dios Padre, Jesucristo o el Espíritu Santo?
2. ¿Hay algún mandamiento que debo obedecer y algún pecado que debo confesar y abandonar?
3. ¿Qué decisión tomo de lo que Dios me habló hoy, cómo lo voy a hacer y cuándo empiezo?