Avivados, Clave 1: Oración y Adoración
Ayer en nuestro Servicio de Celebración, la Profeta y Pastora Pilar de Castrillón nos enseñó 5 claves para mantener AVIVADO el don de Dios en nuestro corazón
Esta semana, durante el tiempo devocional reflexionaremos en cada una de ellas.
Oramos que la obra del Espíritu Santo sea poderosa en ti y continúes dando abundante fruto para la gloria de Dios.
Acércate a Padre Dios en oración y adoración.
En sus brazos, mientras hablamos con Él somos avivados, sanados y amados.
Él te espera con sus brazos abiertos. Él quiere escuchar lo mucho que tienes que decirle. Puedes hablarle de tus problemas y del peso de tus aflicciones.
La oración es un mandamiento, un deber y un privilegio para los hijos de Dios.
Si has pensado: «No sé cómo orar. No tengo las palabras correctas», sólo abre tu corazón a tu Padre Dios. Consideremos a los niños cuando apenas están aprendiendo a hablar, que aunque les cuesta encontrar las palabras correctas, de todas maneras logran hacerse entender. Hazlo así tú: hazte entender desde hablándole a Dios desde tu corazón, tal como tú eres.
A veces nos distraemos y no logramos mantenernos en oración a Dios. Pídele hoy a Dios que te ayude a concentrarte en quién es Él y lo que ha hecho por ti.
Pon toda tu atención en Dios: en Su gloria, poder, majestad, amor, compasión, etc.
Ora y adora con fe y recibe el fuego del Espíritu sobre ti. Amén.
Lectura Bíblica
Filipenses 4:6-7 RVC
“6 No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias,
7 Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”
1 Juan 5:14 NBV
“Y estamos seguros de que él nos escuchará cuando le pidamos algo que esté de acuerdo con su voluntad”.
Salmo 145:18 NBV
“El Señor está cerca de cuantos lo llaman, sí, de todos los que llaman sinceramente”.
Declaraciones de Vida
Toma las promesas de la Palabra de Dios y decláralas _(habla en voz alta, con seguridad)_ sobre tu vida, familia y cercanos.
Estamos seguros que verás el fruto de la Palabra hablada sobre ti.
A continuación te damos una declaración como modelo. Haz otras tú mismo:
1. Papá, gracias porque tú estás cerca de mí. Cuando te llamo sinceramente, tú respondes. Amén.