Aviva el fuego
Dios te ha dado una serie de dones: son los dones del Espíritu Santo, y cada uno de ellos tiene una misión y un propósito determinado de bendecir a los demás.
Los has recibido para que lleno de pasión y fuego del Espíritu seas parte de la extensión del Reino de Dios. Para que inspires y lleves a las personas a ser transformadas en Cristo… ¡Este fuego necesita ser continuamente avivado!
Lectura Bíblica
2 Timoteo 1:6-7 RVC
“6 Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios, que por la imposición de mis manos está en ti.
7 Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
Reflexionemos
El mundo necesita el testimonio y la manifestación sobrenatural del Espíritu Santo para creer. Esa manifestación del Espíritu Santo se da a través de sus nueve dones, que Dios nos ha dado para llevar a cabo la obra del ministerio.
Jesús dijo: “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos… hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
El cumplimiento de esta promesa es el bautismo en el Espíritu Santo y la activación de sus nueve dones. Lo encontramos en Hechos 2:1 en el día de Pentecostés, mientras los discípulos estaban todos unánimes juntos que llegó el Espíritu Santo y se asentó sobre cada uno de ellos. Empezaron a hablar en lenguas y las personas de otras naciones que los oyeron que hablaban el evangelio en su lenguaje vieron en esto una señal sobrenatural.
Dios quiere que el mundo pueda ver el testimonio y la manifestación del Espíritu Santo para que crean, para que digan, “de verdad Dios está entre ustedes” (1 Corintios 14:26).
Para esto son los nueve dones del Espíritu Santo, para testificar y para convencer al mundo de lo que estamos hablando.
Así es, amado. El mundo espera ver lo sobrenatural en tu vida. Los dones son regalos del amor de Dios para que se mueva lo sobrenatural en tu vida y al verlo, los que no creían reciban el testimonio de que lo invisible, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, vive.
Por eso, en el pasaje de nuestra lectura bíblica Pablo le dice a Timoteo que “avive el fuego del don de Dios” y el versículo continúa diciendo: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
Levántemonos en fe y osadía (contrario a cobardía) para ministrar los dones. Apoyémonos en los testimonios que ya hemos experimentado en el pasado con el uso de los dones para avivar la llama del poder y la fe en Dios en nuestro corazón.
No perdamos el asombro y admiración por los caminos de Dios según los cuales Él ha determinado usarnos a ti y a mí para dar a conocer su amor al mundo a través de la predicación (1 Corintios 1:21), testimonio y la manifestación de su poder con los dones del Espíritu Santo.
Mantengamos los ojos en el Señor y no en los problemas. Siempre que nos enfocamos en los obstáculos, estos se hacen mayores. Pero cuando cambiamos nuestra mirada a Cristo, Él se hace más grande que cualquier dificultad que enfrentemos y nos llena de amor y compasión por los que nos rodean, siendo más sensibles a sus necesidades.
Cuando avivamos los dones de Dios en nuestra vida, ¡caminamos en avivamiento!