LECTURA BÍBLICA  

Juan 15:5,
“Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada”.

NO OLVIDES

Cuanto más conectados permanecemos a Jesús, nuestro corazón se llena de más amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
El maravilloso fruto del Espíritu Santo se produce en nosotros pero no de forma forzada, sino totalmente natural, casi sin darnos cuenta.
Esa es la consecuencia de permanecer conectado a la vid: la preciosa savia que fluye por ella nos renueva, refrescando todo nuestro ser y haciéndonos fructificar como nunca antes.
Al estar en comunión con Jesús es que podemos dar estos preciosos frutos que nos deleitan tanto a nosotros mismos como a los demás.

Oremos
“Señor, ayúdame a permanecer firmemente conectado a Ti. Te amo, te anhelo, y quiero que permanezcas en mi corazón. Que Tu vida fluya en mí y a través de mí, produciendo fruto abundante. ¡Gracias por Tu amor! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”

Adaptado de _@Jesus.net
@ComunifeCali