Reconoce tu bendición

#BENDICIÓN

Lectura bíblica

Efesios 1:6 PDT
“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos ha dado toda clase de bendiciones espirituales en el cielo a través de Cristo”.

Santiago 1:17 NTV
Toda buena dádiva y toda perfecta bendición descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y quien no cambia ni se mueve como las sombras.

Hay una pregunta que es imprescindible en el tema que estamos reflexionando esta semana: ¿Crees que has sido bendecido?
Siendo honestos, a veces nos enfocamos más en nuestros problemas o en lo que no tenemos, en lugar de reconocer lo bueno que tenemos.

El principio es este: cuanto más seguros y agradecidos estemos al saber que Dios nos ha bendecido, más tendremos el deseo de compartir nuestra bendición con los demás, ya que nuestra vida estará rebosando.

Amado, es indispensable que seas consciente de las bendiciones que Dios te da cada día, y que agradezcas en tu corazón por ellas.

Si hoy, honestamente no te sientes bendecido es tiempo de empezar a cambiar esto.
Te animamos a que dediques este momento para reflexionar en todas las cosas que Dios ha hecho y está haciendo en tu vida. Incluso pídele al Señor que te ayude a ver aquellas bendiciones que desconoces que Él te ha dado: por ejemplo de cuántos males Dios te ha librado. Él está a tu lado ayudándote y fortaleciéndote en todo momento.
A medida que vayas identificando esas bendiciones deja que la gratitud empiece a fluir más y más de tu corazón. Adora, canta y agradece a Dios por sus bondades en tu vida.
Aprovecha hoy y cuéntale a otra persona acerca de cómo Dios te ha bendecido. Nuestros testimonios y expresiones de agradecimiento a Dios pueden ser de ánimo y edificación para otros. No seas escaso al expresar tu amor y agradecimiento a Dios por sus infinitas bondades.

Oramos que el Espíritu Santo te ayude a vivir siendo consciente siempre de las bendiciones que Dios te ha dado y te da, y que puedas también ser una bendición para los que te rodean. Amén.

Preguntas: 

1. ¿Qué aprendí hoy cerca de Dios Padre, Jesucristo o el Espíritu Santo?
2. ¿Hay algún mandamiento que debo obedecer y algún pecado que debo confesar y abandonar?
3. ¿Qué decisión tomo de lo que Dios me habló hoy, cómo lo voy a hacer y cuándo empiezo?

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