Recibiendo para Dar
La bendición de Dios transforma todo en nuestra vida. Por su bendición somos llenos de vida, florecemos y damos fruto en abundancia.
Abraham, el padre de la fe, recibió esta promesa de parte de Dios: “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Génesis 12:2).
Así como a Abraham, Dios desea bendecirnos a ti y a mí. Su bendición nos hará multiplicarnos y crecer en cada área de la vida.
Miremos juntos la última frase de este versículo: “… y serás bendición”.
Dios espera que nos unamos a Él en Su plan de bendecir a la humanidad.
¡Tú y yo somos llamados a ser una bendición allí donde estamos, y a reflejar la naturaleza de Dios en todo lo que hagamos!
El diseño de Dios es que su bendición se multiplica en nuestra vida cuando damos también a los demás.
Reflexiona en esto: Recibiendo para dar.
Lectura Bíblica
2 Corintios 9:7
“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría”.
1 Crónicas 29:14
“Pues, ¿quién soy yo y qué es mi pueblo para que seamos capaces de ofrecerte tantas cosas? En realidad, todo viene de ti y sólo te damos lo que de ti hemos recibido”.
Lucas 6:38
“Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes”.
Declaraciones de Vida
Toma las promesas de la Palabra de Dios y decláralas _(habla en voz alta, con seguridad)_ sobre tu vida, familia y cercanos.
Estamos seguros que verás el fruto de la Palabra hablada sobre ti.
A continuación te damos una declaración como modelo. Haz otras tu mismo:
1. Doy con alegría y generosidad. Dios ama al dador alegre.