Lectura Bíblica

Tito 3:2-3 PDT
“2 … No hablen mal de nadie, vivan en paz con los demás, sean comprensivos y traten a todos con amabilidad.
3 Antes nosotros también éramos insensatos; no obedecíamos y estábamos perdidos. Éramos esclavos de toda clase de placeres y deseos, éramos malvados y envidiosos. Los demás nos odiaban y nosotros a ellos”.

Filipenses 2-5 TLA
“2 Entonces voy a pedirles algo que me haría completamente feliz: tengan la misma manera de pensar, el mismo amor y las mismas metas.
3 No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo.
4 Que cada uno no busque su propio bien, sino el de los demás.
5 Piensen y actúen como Jesucristo. Esa es la «misma manera de pensar» que les estoy pidiendo que tengan”.

Reflexionemos

No debemos subestimar el impacto que podemos tener en un mundo que anhela amor y compasión al ser como Jesús, es decir al manifestar su carácter con el fruto del Espíritu Santo: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
Jesús nos mostró cómo amar incondicionalmente, perdonar generosamente y servir humildemente.

Nuestro carácter transformado habla más alto que cualquier palabra. Las personas pueden ver el amor de Dios en nuestra manera de tratar a los demás, en nuestra paciencia y comprensión, en nuestra disposición a ayudar y en nuestra actitud humilde.

Cuando decidimos no hablar mal de los demás sino vivir en paz con todos, estamos reflejando este amor divino en nuestras vidas diarias al seguir la enseñanza de Jesús de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Vivir en paz implica cultivar una actitud de comprensión y respeto hacia los demás.
Al vivir en paz estamos manifestando el perdón y la gracia de Dios al dejar de lado el resentimiento y perdonar a quienes nos han lastimado.
Al elegir la paz, estamos eligiendo construir puentes en lugar de muros. Estamos reflejando su misericordia al dar segundas oportunidades y permitir que las personas cambien. Estamos demostrando su amor incondicional al tratar a todos con respeto y dignidad, sin importar sus diferencias.

Así mismo, la amabilidad es una herramienta poderosa para mostrar el amor de Dios a quienes nos rodean. Al actuar con amabilidad, estamos reflejando el carácter amoroso de nuestro Creador.
Sea que nos encontremos con amigos, familiares, compañeros de trabajo o incluso extraños, nuestro trato amable puede tocar sus corazones y mostrarles el amor divino.
Al ser comprensivos en nuestras interacciones con los demás podemos inspirarlos a buscar y experimentar el amor incondicional de Dios en sus propias vidas.

Recordemos siempre que ser como Jesús no es un proceso instantáneo ni perfecto. Es un viaje de crecimiento y transformación continua. Requiere tiempo, esfuerzo y la guía del Espíritu Santo en nuestras vidas. Pero con cada paso que damos hacia la conformidad con Jesús, nos acercamos más a reflejar el amor de Dios a los demás.

Amados, atendamos el llamado de Dios en estos pasajes que leímos hoy para que inspiremos a quienes nos rodean y que puedan experimentar el amor inmenso y transformador de Dios.